Personalidad entusiasta, esperanzadora, desbordante, de excepcional sensibilidad hacia la naturaleza, nadie expresa como Walt Whitman y su obra “Hojas de hierba” la esperanza en el alba de lo que realmente, en sus orígenes, representaba el imaginario de los Estados Unidos de América: un estado nuevo en un mundo nuevo, una tierra virgen en la que todo parecía, aún, posible. Raza, condición sexual, capacidad económica…, nada de ello era obstáculo para el “nuevo hombre” que Whitman, aun con los altibajos inevitables que provocan la historia y la naturaleza humanas, quiso encarnar.
Selección y traducción de Manuel Villar Raso