El profesor de historia Mijail Ivanóvich Kostrov tiene la corazonada de que le van a detener por la actitud que muestra el rector. Lo que finalmente sucede y le envían al Caos, una prisión donde los arrestados esperan su condena ignorando de qué se les acusa.
Por un comentario intrascendente sobre la Revolución Francesa, Kostrov es acusado de contrarrevolucionario y deportado a la fría Tchernoe, a orillas del helado río Tchernaya. Allí convivirá con otros críticos y disidentes del sistema soviético que sobreviven intelectualmente manteniendo reuniones secretas en las que discuten sobre el socialismo. Pero el régimen decide poner fin a estas actividades que considera conspiratorias. Los interrogatorios y la represión harán aflorar lo mejor y lo peor de cada uno, las mejores virtudes y las peores miserias del ser humano cuando está acosado.
Victor Serge, antes que Koestler y Soljenitsin, describió en “Medianoche en el siglo” el régimen comunista como una máquina destructora de hombres, cuerpos y almas; los sufrimientos, maltratos y la muerte en el anonimato de los opositores al mismo. Serge, que fue uno de ellos, les pone cara y les da nombre en esta novela que desde 1940 es un referente en la denuncia de lo que puede llegar a ser un régimen totalitario.