Desde el principio de los tiempos el hombre ha elevado sus ojos a la bóveda celeste y se ha interrogado sobre los astros. En el mundo griego, la similitud de ciertos conjuntos de estrellas con figuras determinadas llevó a relacionarlos con dioses, héroes y seres presentes en su acervo mítico. Asignado, pese a su más que accidentada proceso de transmisión, a Eratóstenes de Cirene -rector de la biblioteca de Alejandría y versátil intelectual que vivió en la segunda mitad del s. III a.C.-, el opúsculo titulado “Catasterismos” (‘transformación en estrellas’) no sólo es una muestra inmejorable de esa síntesis, tan propia de la Grecia antigua, entre utilidad y belleza, sino también un precioso acompañante de todo aficionado a observar las estrellas que quiera bucear en la mitología del firmamento.
Introducción y traducción de Antonio Guzmán Guerra