Leonardo da Vinci, ya desde pequeño, era muy curioso y tenía mucha imaginación. También se distraía con facilidad, pues le interesaban tantas cosas que parecía querer verlo todo a la vez.
Fue pintor, científico, inventor, un hombre lleno de ideas, y quería hacerlas realidad.
Pintó una de las sonrisas más famosas del mundo. ¿Te suena La Gioconda?
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