En el espejo de Gregorio ya no se refleja él, sino que aparece una mona catarrina.
Desde ese momento, Gregorio empezará a comportarse de forma muy extraña, para desconcierto de sus amigos, profesores y padres.
Cuando la dichosa mona le engañe, y le meta en el universo del espejo, ella ocupará el lugar del niño y la cosa se complicará todavía muchísimo más.