En Lake City se desata la polémica. ¿Puede el dromedario Tommy participar en el Gran Rodeo anual y ganarlo? ¿O los rodeos están reservados a caballos? Esa misma noche, Tommy desaparece de su establo. El “sheriff” Finnegan inicia las investigaciones, pero hay tantos sospechosos que no se aclara. Suerte que sus hijos Sara y Ted están ahí para ayudarle.
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