María y Miguel disfrutan de los cuentos que su abuelo Nicolás inventa para ellos cuando los visita o los lleva de excursión. Un buen día, los niños le preguntan que en qué se inspira para crear esos cuentos, y él les dice que salen de su cerebro y que sería capaz de inventar tantas historias como pelos tiene en la cabeza. Los niños no perderán la ocasión de retarle y así seguir disfrutando de sus narraciones.
(Premio Lazarillo de Creación Literaria, 2016)