El grúfalo advirtió a su hija de que no debía adentrarse jamás en el bosque, porque, si lo hacía, Gran Ratón Malvado la perseguiría. Pero una noche de nieve y viento, la hija del grúfalo no hizo caso de la advertencia de su padre y salió de la cueva. Después de todo, Gran Ratón Malvado no existe…, ¿o sí?
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