El nombre de Elena Quiroga se suele alinear con los nombres señeros de la incorporación de la mujer a la escritura novelística de la segunda mitad del siglo XX, y con frecuencia su obra aparece asociada a la de Carmen Laforet o Ana María Matute. Y, desde luego, su obra figura entre las primeras que en el periodo de los años cincuenta del siglo XX logró acomodo en las letras españolas de las técnicas renovadoras de grandes maestros europeos y americanos (Faulkner), junto a la influencia de la rica tradición narrativa española (Pardo Bazán, Unamuno, Baroja o Valle). Y todo desde una marcada posición feminista que coloca como protagonistas de sus novelas a mujeres luchadoras por el reconocimiento de sus derechos en una sociedad -la franquista- en la que tantas limitaciones encontraban la iniciativa y la educación femeninas. En “La enferma” (1955), dos mujeres viven un convergente proceso de catarsis: una trata de hallar sentido a su vida desde el distanciamiento de su entorno mas íntimo; otra se niega voluntaria y definitivamente a buscar ese sentido.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.