Entre 1976 y 1982 España dejó atrás su pasado dictatorial para transformarse en una democracia. La Transición no fue un proceso idílico, sino convulso y plagado de escollos. En 1980 el país se había sumido en una crisis generalizada que le llevó al borde del abismo.
La mayor amenaza a la estabilidad era el terrorismo. En 1980 hubo 395 atentados, que causaron 132 víctimas mortales y 100 heridos, y 20 secuestros. Fue, en definitiva, el año con mayor nivel de violencia desde la década de los sesenta hasta la masacre yihadista del 11 de marzo de 2004. Las bandas terroristas compartían métodos y rechazo frontal a la Transición, pero respondían a perfiles ideológicos muy distintos: el nacionalista radical, que soñaba con crear nuevos estados-nación; el de extrema izquierda, que buscaba instaurar una dictadura del proletariado; y el ultraderechista o parapolicial, que pretendía revertir la democratización resucitando el franquismo o decía combatir a ETA con sus propias armas.
En esta obra un equipo multidisciplinar de especialistas analiza con detalle la violencia terrorista desatada en 1980: los atentados, los perpetradores, sus víctimas, la respuesta del Estado, la sociedad, el contexto internacional, la prensa, etc. Se trata de un libro indispensable para comprender mejor un periodo tan fascinante y complejo de nuestra historia reciente como el de la Transición.
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