En “La señorita Julia” el dramaturgo sueco August Strindberg (1849-1912) lleva a las últimas consecuencias el enfrentamiento de caracteres y la despiadada crueldad que presiden las relaciones humanas, elementos presentes siempre en su teatro. Este intenso drama naturalista en el que, mediante la reducción temporal y espacial y una admirable economía de recursos expresivos, se desarrolla el conflicto entre una aristócrata y su criado, convierte a Strindberg, como advierte Eugene O’Neill, en «el precursor de cualquier forma de modernidad en nuestro teatro presente». En el prólogo a la obra, el autor expone, con gran precisión, sus ideas teatrales.
Traducción de Francisco J. Uriz