Las personas a partir de los 50 años se consolidan como una parte importante de la población y su presencia ha obligado a reformular todas las relaciones verticales entre personas de diferente edad, tanto en la familia como en la sociedad. El estudio de la vejez debe reconocer esta antesala actual, este fenómeno de la madurez de masas. Porque ello supone descubrir cotas de libertad insospechadas: para seguir aprendiendo, para relacionarnos con las generaciones más jóvenes, para emprender nuevos proyectos de vida, para desarrollar una nueva forma de envejecer. En este texto se analiza el Programa de Personas Mayores financiado por la Fundación La Caixa en colaboración con las Comunidades Autónomas llevado a cabo en centros donde se promueve que las personas mayores vivan de una forma satisfactoria la conquista del tiempo libre, que vuelvan a sentirse productivas después de haber dejado el trabajo, que descubran las nuevas tecnologías como un nuevo espacio de relaciones y que experimenten la participación en actividades de voluntariado. En definitiva, que se sientan incluidas en la sociedad. El programa apoya actividades formativas priorizando: las aulas de informática, las conferencias y tertulias, y un nuevo modelo de participación a través del voluntariado.
Los autores son expertos en Evaluación de Programas Sociales.