El perro de los Baskerville es hoy un clásico, un clásico con historia. Conan Doyle inició las aventuras de su célebre detective en 1887, y las despachó seis años después dando por terminada la serie. En solo seis años batió todos los récords de su tiempo en cuanto a éxito y expectación popular. Al anunciar la muerte de su personaje, sus fans se quedaron tan aterrorizados como lo estarían hoy los seguidores de cualquier estrella de la música si anunciara que se retira en pleno delirio popular (…). En 1901, Conan Doyle se lo pensó mejor y le dio otra oportunidad a su héroe, con una obra anterior al año de su muerte “oficial”. Fue como decirles a sus fans que Sherlock no volvería, pero que tenía algún que otro caso anterior a su adiós que valía la pena ser contado. La pasión con la que los devotos del detective se abalanzaron sobre la novela fue histórica. Esa novela fue El perro de los Baskerville.
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