El bonachón rey Simplón 13 solo cobraba impuestos a sus súbditos cuando la cosecha había sido buena. Claro está que apenas tenía dinero, y el poco con que contaba se lo gastaba en trajes para su caprichosa novia, y en contratar más ministros. La llegada al país de un dragón hizo cundir el pánico y el rey Simplón 13, en solitario, tuvo que ir a enfrentarse con él. ¡Pobre dragón! Todo su problema consistía en que necesitaba gafas: era miope.
Dispone de Juego de Lectura (n.º 83), de la colección Lectura Eficaz.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.