Los primeros compases del largo exilio (1939-1984) de María Zambrano transcurrieron, tras un breve periodo mexicano, en islas del Caribe: Puerto Rico y Cuba. Desde allí, la filósofa reflexiona sobre el devenir de Europa desde una insularidad que es tanto física como conceptual y existencial: la isla como categoría de pensamiento. Los escritos de Zambrano de este periodo -del que Isla de Puerto Rico es buen testimonio- conjugan dos conceptos aparentemente antitéticos: la nostalgia y la esperanza. Nostalgia por un mundo pasado, perdido en la vorágine bélica europea, y esperanza de un futuro mejor, más ético, humano, libre y democrático, que radica en la conversión de una circunstancia adversa -el exilio- en un manantial experiencial, nutriente y salutífero.
Prólogo de Rogelio Blanco.
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