Tercer hijo del conde Jean de Saint-Exupéry, Antoine vivió una experiencia que habría de marcarle cuando, a los doce años, conoció a Jules Védrines, famoso piloto de la aviación. Con la Primera Guerra Mundial, su madre le envió a un colegio de Suiza donde descubrió la vocación poética. Fracasa en los estudios superiores. Obtuvo el título de piloto y, pese a un grave accidente que lo relega a un provisional trabajo burocrático, combinará literatura y aviación en títulos como El aviador, Tierra de hombres o El principito. Durante la Segunda Guerra Mundial despegó para una misión militar, en la que perdió la vida. Era su destino, su aventura; tan apasionante como la de sus libros.
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