Las gemelas Jack y Jill tenían diecisiete años cuando las conocimos en “Cada corazón, un umbral”. Esta es la historia de lo que ocurrió primero. De cómo las hijas perfectas, modeladas según los deseos de los padres, a los doce años bajaron por una escalera que las llevó a los Páramos, y descubrieron que el simulacro de amor en el que habían vivido no las había preparado para un mundo de decisiones y muerte.
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