«Años después, el primer ministro Roy cumplía ochenta años. Toda la prensa nacional preparaba sus cámaras y sus grabadoras en la puerta de su despacho, pues Roy acudiría a trabajar, como siempre. “Señor Roy, usted ha luchado por la independencia de la India junto a Gandhi. Es amigo del presidente Nehru y ha contemplado ya buena parte de nuestra historia reciente… ¿Cómo se siente hoy, tras tantos años de servicio a nuestro país? ¿Qué le hubiera gustado hacer por Bengala durante estos años de gobierno?”. El político fue breve, cegado por la luz de los flashes. “Miren. Voy a ser muy sincero con todos ustedes, pues a mi edad ya hay poco que esconder. Cuando subía por esas escaleras me acordé de la madre Teresa, que ha consagrado su vida a los pobres. A mí… a mí me hubiera gustado hacer lo mismo».
Santiago Herraiz
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