La “Antropología” de Immanuel Kant, más que en la diversidad y relatividad de las culturas, se centra en los rasgos específicos de la especie humana, si bien para «ensanchar su volumen» recomiende viajar o al menos leer libros de viajes y prestar atención a las obras literarias y a las biografías, pues aunque en ellas la ficción invente y acuse ciertos rasgos, vienen a ser un extracto de la observación de lo que los hombres hacen debido a personas de inteligencia penetrante. En la primera parte se estudian sucesivamente las facultades intelectuales -conocimiento y sensibilidad- y las dependientes de la afectividad -las pasiones-. En la segunda se describen los caracteres y su reflejo fisionómico en rasgos y gestos, terminando con observaciones en torno al carácter de la especie, de las razas y de los pueblos.
Prólogo de Ángel Rivero