Había una vez una mamá cabra que tenía siete cabritillos. Un día, se fue a buscar comida y dejó a sus hijos en casa, jugando alegremente. Pero, ¡ah!, el malvado lobo, que siempre estaba al acecho, enseguida llamó a la puerta. ¿Qué sería de los pobres cabritillos?
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