Emily es una conciencia artificial diseñada para ayudar a los humanos a procesar los traumas, lo que resulta especialmente útil cuando el Sol empieza a morir cinco mil millones de años antes de lo que los científicos calculaban. La raza humana está condenada, pero Emily descubre que la solución podría estar en el genoma humano.
“Está oscuro, demasiado para ser pleno día. Y no es ahí donde debería encontrarse el cielo.
El bramido de un vendaval me satura los oídos. Lo sigue al instante un crujido estruendoso con el que parece que la tierra acabara de resquebrajarse. Gana volumen por momentos, como si todos los árboles de un bosque se estuvieran tronchando al mismo tiempo.”