Me he atrevido a vomitar todo el dolor que llevo dentro y que escondía por miedo.
Quizás te sientas identificado, quién sabe, al final decir adiós es algo tan humano que pocos pueden presumir de no haberlo hecho. Esto es una despedida. Esto es una despedida que va a hacerte herida, que va a levantar costra y que no te dejará indiferente.
Piénsalo, ¿cuántas veces te quedaste con el ‘te quiero’ entre los labios antes de partir? Con algo que decir que nunca te atreviste… con las lágrimas a punto de volverse puñal.
Todo lo que escribo aquí dentro tiene la sinceridad por bandera, y no te preocupes si recuerdas a quien ya olvidaste, no temas volver a sentir por quien te lo dio todo, no te frenes ni tengas miedo si sonríes una última vez por aquella persona que se llevó tu corazón. Que de las despedidas surgen los mejores reencuentros… y que hay que aprender a superar.
Gracias por atreverte a bucear entre mis cicatrices, espero cambiarte la vida. Que mis letras te cambien la vida.