Her贸doto fue un incansable viajero, circunstancia que es determinante para su actitud como historiador. Aunque aprovech贸 en la medida de lo posible los escritos de sus antecesores en el g茅nero, la investigaci贸n, de la que habla al principio de su obra, es un trabajo personal, un acopio de datos “in situ”. Sus estancias en los centros culturales y pol铆ticos del mundo antiguo fueron prolongadas, viaj贸 por todos los pa铆ses griegos y lleg贸 hasta el Mar Negro, Chipre, Egipto, Citera, Tiro. El saber adquirido en sus viajes se refleja en la primera parte de su obra, mientras que en la segunda, en la que cuenta la historia de Grecia, depende de informadores nativos y de su trato con los hombres m谩s distinguidos que fueron sus contempor谩neos.
El valor m谩ximo de la obra de Her贸doto estriba en sus contenidos. Por un lado, centr贸 su exposici贸n en lo m谩s glorioso de la historia de Grecia hasta sus tiempos, en la lucha heroica de un peque帽o pueblo, el griego, contra la potencia monstruosa de Persia, y, por otro, organiz贸 su obra de tal manera que enlaza profusamente en ella las interesantes noticias sobre las costumbres e instituciones de griegos y b谩rbaros.
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