“La Celestina” es una de las obras más complejas de toda nuestra literatura clásica. Su éxito inmediato produjo la sucesión ininterrumpida de ediciones y la pronta traducción a otras lenguas a principios del siglo XVI (italiano, alemán, francés). Si “La Celestina” ha podido convertirse en una genial aportación de la literatura española a la literatura universal, ha sido porque retrata pasiones humanas elementales y no ha perdido nunca actualidad. Al margen del envoltorio lingüístico, al margen de los cambios en lo exterior, al margen incluso de la intención del autor, los seres humanos comprendemos a través de ella lo más íntimo de nuestras debilidades, que son las mismas que hace quinientos años. E igual que entonces, podemos decir con Celestina: “Y todo por vivir”.
(Edición de José Antonio Torregrosa Díaz)