¿En qué nos parecemos a los lobos? Rachel Caine lleva diez años estudiando y protegiendo las manadas de lobos en una reserva india de Idaho, una labor absorbente que limita su vida personal a escasas amistades y a relaciones esporádicas. Todo va a cambiar cuando recibe una interesante oferta de uno de los hombres más ricos del Reino Unido, el duque de Annerdale; un excéntrico aristócrata de Cumbria, tierra natal de Rachel, que pretende reintroducir el lobo gris en los campos británicos.
Es el proyecto más ambicioso y atractivo al que se ha enfrentado, aunque el regreso a Cumbria supondrá para Rachel el rencuentro con una madre problemática y excéntrica, que ha condicionado la historia de su particular familia, así como implicarse, más allá de lo previsible, en el cuidado de la vida salvaje en la reserva y de la vida inesperada que se va abriendo paso en su interior. La vuelta de los lobos despierta en la región temores atávicos, viejos mitos y arcaicas supersticiones que se traducen en protestas y presiones, sobre el trasfondo de un marco político convulso por el proceso de independencia de la vecina Escocia.
En “La frontera del lobo”, Sarah Hall, considerada por la revista “Granta” como una de las mejores voces de la literatura inglesa del momento, describe con una inusual belleza la vida y el comportamiento de los lobos, así como el espectacular paisaje que los rodea, convertido en espejo de nuestra propia naturaleza interior, de los lazos que se rompen y se asientan, de nuestras identidades reales o imaginarias… Una alegoría que indaga, mientras el lector avanza con paso seguro en el relato, en la complejidad de la existencia, tanto animal como humana, y en el límite difuso entre la vida salvaje y la civilización, dentro y fuera de cada uno de nosotros.