Tibulo fue el poeta elegíaco preferido en la Roma de su tiempo y en el siglo posterior. “Caballero romano de Gabios, célebre por su hermosura y distinguido por el cuidado de su aspecto”, fue descrito en la antigüedad como un poeta “cultus, tersus y elegans”. Y esa admiración tan generalizada por su forma de escribir no debió de ser casual.
Recibe el nombre de “Elegía amatoria” la poesía compuesta en metro elegíaco sobre temas de amor y escrita en los últimos treinta años a.C. durante el principado de Augusto. Las elegías suelen tener una extensión que oscila entre los veinte y los cien versos y sus temas giran alrededor de unos personajes y de unas situaciones tópicas. Los personajes son el enamorado, que puede ser el poeta mismo, y la amada, a la que el poeta le asigna un nombre poético, y que es hermosa, atractiva, inteligente y culta. Pero también es desleal, voluble y muy interesada. A los dos libros de elegías auténticamente tibulianas le sigue en la tradición manuscrita un tercer libro que durante mucho tiempo pasó por ser obra también del propio poeta. Se trata, en verdad, de una serie de poemas que han de atribuirse a otros autores que, posiblemente influenciados por el poeta de Gabios, escribieron sobre temas parecidos y en más o menos las mismas coordenadas temporales o dentro del mismo círculo literario del que él participó. Esta edición incluye el “Corpvs Tibvllianvm” completo.
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