“Te contaré lo que pasó, porque será un buen modo de presentar a mi hermano. Se llama Simon. Creo que te caerá bien. A mí me cae muy bien. Pero en pocas páginas habrá muerto. Y después nada volverá a ser igual.”
La vida puede cambiar vertiginosamente en pocos segundos. Matthew Holmes tiene nueve años. Nunca se separa de su hermano mayor, Simon, al que todos tratan como si fuera menor por una enfermedad cuyo nombre Matt no recuerda. Durante unas vacaciones en Ocean Coves, Simon muere de forma accidental tras salir con Matt una noche de la caravana familiar para curiosear por los alrededores. Es algo que Matt nunca podrá olvidar y que le llevará a encerrarse en sí mismo. No sólo por el sentimiento de culpa, también por un secreto guardado que lo oprime, la presión familiar y la pérdida progresiva del sentido de la realidad. Diez años después, Matt encuentra fuerzas para volver a empezar. Exterioriza su historia en todo tipo de medios, desde un ordenador a una vieja máquina de escribir, cuando no es a mano. Su gran ayuda es la abuela Noos, pero sobre todo Annabelle y el recuerdo de Simon que “tenía una cara grande y redonda, siempre sonriente, que me recordaba la luna.”
Un relato esperanzador que nos recuerda que las tragedias, aunque necesitamos olvidarlas para poder sobrevivir, afrontadas debidamente también nos pueden ayudar a crecer como personas.
Una historia de amor y esperanza, de perdón y comprensión.
Una novela emocionante y dramática, pero también divertida, sobre la aventura de un niño que encuentra el valor para luchar contra sus propios monstruos y madurar hasta convertirse en hombre.