La mosca de la tele, la auténtica e inimitable, esa que se dedica a molestar a los presentadores en medio de los directos, es atrapada entre una calva y un sombrero y termina en un avión con rumbo a Cuba. Así empiezan sus aventuras, donde conocerá a multitud de moscas, insectos y bichos de todo tipo; conseguirá hacerse aún más famosa y terminará fundando una ONG para ayudar a otras moscas que están perdidas por el mundo.
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