He aquí la creación más lograda y de carácter más universal de Calderón. “La vida es sueño” es, en síntesis, la plasmación barroca de la idea de la fugacidad de la vida con todos los aditamentos geniales de construcción, caracteres y estilo que el autor supo imprimirle. Con este pesimismo radical sobre el valor de la vida humana se interfiere el libre albedrío como afirmación personal de Segismundo -“¿y teniendo yo más vida / tengo menos libertad?”-. Estos dos principios combinados crean una riqueza enorme de sentidos, que en esta edición son desmenuzados críticamente por Ciriaco Morón Arroyo.
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