¡Pato por fin ha podido irse de vacaciones! Tumbado en la playa con un helado y un refresquito a mano, todo es paz y tranquilidad… hasta que apareces tú (sí, TÚ), y te da por ponerte a molestar pasando las páginas de su libro. Y no te vale con pasar solo una… ¡Quieres leerlo entero! Hala, ¡adiós relax! A este paso, ¡el pobre Pato acaba emigrando a otro álbum!
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