Durante el período que cubre esta edición las novedades han sido numerosas, por lo que bien podemos hablar de una etapa reformadora de nuestro ordenamiento. En primer lugar, se ha pretendido adaptar la regulación laboral a las nuevas realidades productivas caracterizadas por la utilización de las tecnologías de la información. Así, la Ley 12/2021, de 28 de septiembre, ha introducido una primera intervención normativa sobre derechos de los representantes de los trabajadores en materia de transparencia en caso de empresas que utilizan la gestión algorítmica de personal. De otro lado, se introduce la “presunción” de laboralidad en caso de plataformas digitales de reparto.
Se contempla también el RD-Ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo (BOE de 30 de diciembre), que tiene entre sus objetivos, la pretensión de corregir de manera decidida la excesiva temporalidad que caracteriza al mercado laboral español. Además, este RD-Ley ha operado otras alteraciones en el ordenamiento laboral; así, también actúa en el ámbito de la contratación y subcontratación, con el objetivo de evitar que esta vía se utilice para abaratar y empeorar las condiciones de trabajo. De otro lado, incluye una limitada reforma del régimen jurídico de la negociación colectiva, especialmente en materia de ultraactividad y prioridad aplicativa del convenio de empresa. Por último, se pretende aprovechar la experiencia de la pandemia para reforzar la alternativa de los ERTEs frente a los ERE y crear un mecanismo que permita la estabilización del empleo en situaciones de crisis, el mecanismo RED.
Junto a estas relevantes modificaciones, se incorporan las normas que periódicamente deben ser alteradas para facilitar una permanente actualización de nuestro ordenamiento: las fiestas laborales (Resolución de 14 de octubre de 2021), SMI (RD 152/2022).
