Obra incomprendida en su tiempo, “Los Cantos de Maldoror” surgieron en una 茅poca especialmente f茅rtil e importante de las letras francesas y universales: Baudelaire acababa de publicar “Las flores del mal” y “Los para铆sos artificiales”; Rimbaud sus “Iluminaciones” y “Una temporada en el infierno”; Flaubert, “Madame Bovary”; Zola, Victor Hugo y Verlaine escrib铆an, publicaban y provocaban. Este libro singular, desmesurado, impactante siempre, que alumbr贸 en su breve vida Isidore Ducasse (1846-1870), autotitulado conde de Lautr茅amont, recorre sin trabas los abismos y las cumbres de la imaginaci贸n y la fantas铆a m谩s exacerbadas, de tal modo que no es de extra帽ar que los primeros que lo reivindicaran, cincuenta a帽os despu茅s de su aparici贸n, fueran los surrealistas, quienes vieron en 茅l una expresi贸n precursora del esp铆ritu que los animaba. La multitud y variedad de valoraciones que ha merecido desde entonces dejan traslucir una cosa cierta: los 芦Cantos禄 pueden suscitar diversas emociones, pero nunca indiferencia.
Traducci贸n y pr贸logo de 脕ngel Pariente
