¿Qué pasa por la cabeza de una madre cuando su hijo está enfermo, con una ‘simple’ dermatitis, y que en vez de mejorar con la edad va a peor cada día, cuando los síntomas empeoran y pasa noches enteras sin dormir por el picor de su piel, cuando se ulceran las heridas, cuando aumentan los síntomas digestivos y se encadenan bronquitis tras bronquitis? ¿Y si además la madre es médica y nada de lo que ha aprendido en la carrera ayuda a su hijo ni hay otros especialistas que le puedan ayudar?
Así es como comienza la aventura de Mercedes López Jiménez, una médica que después de mucho investigar cómo mejorar la salud de su hijo Andrés, encontró la respuesta en algo tan básico y cotidiano como es la comida. Porque en más ocasiones de las que creemos, la comida puede hacernos enfermar.
La Doctora López trata a personas con intolerancias alimentarias desde 2010, a lo largo de estos años, ha encontrado lo fácil que puede resultar mejorar algunas enfermedades para las que antes no hallaba solución, y otros especialistas tampoco.