Cuando en 1889 Emilia Pardo Bazán publica «Morriña», la autora gozaba ya de acreditada fama y popularidad tanto por su ficciones narrativas como por su labor de crítica literaria que le había llevado a divulgar entre el público español la novela europea del momento. «Morriña» se adscribe a una estética realista que doña Emilia cultiva de forma sostenida en toda su trayectoria novelística. El sencillo argumento de la novela, una historia casi doméstica que bascula entre tres personajes, doña Aurora, su hijo Rogelio y Esclavitud, la nueva doncella de la casa, no está sin embargo exento de cierta complejidad en el proceso interior y de conducta que sufren sus personajes, provocado por las relaciones que se establecen entre ellos. Desentrañar su significado último será tarea de nuestra competencia lectora.
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