Horacio es un niño sordo, por una enfermedad que tuvo cuando era pequeño: no puede oír, pero oye con los ojos; y puede hablar con su voz «oxidada» o «cautiva», o con las manos en el lenguaje de los sordos. Vive con sus padres y sus hermanos en un barrio de Bogotá llamado El Jardín del Príncipe, en el que hay una casa diferente a las demás.
Como es muy curioso, se dedica a espiar la casa, y un día decide entrar. Mientras admira ciertos objetos, es descubierto por la dueña. A Horacio le parece que Beatriz, la dueña, tiene miedo de él. Beatriz no acepta los defectos de los demás (Diana, una ahijada suya, también es sorda). Beatriz tiene un accidente de coche y se queda impedida. Ahora ella también necesita ayuda, y tiene que contratar a una persona, Ofelia, de quien Horacio no tarda en hacerse amigo.