芦Por esta raz贸n nosotros nunca hemos querido ser cr铆ticos de arte禄. As铆 culmina Eugenio d’Ors el primer ap茅ndice posterior a estas Tres lecciones. Final, desde luego, un tanto ir贸nico para un texto como 茅se, titulado 芦Scherzo de c贸mo no hay que hacer cr铆tica de arte禄. En vez de disuadirnos, d’Ors, muy por el lado contrario, nos lanza un se帽uelo para que piquemos. Para que reflexionemos sobre lo que es y no es la cr铆tica de arte. Para que seamos nosotros, como en su d铆a fueran otros, los que nos planteemos si estamos o no dentro de sus dominios. Nosotros, ahora, sabemos lo que d’Ors ya sab铆a de s铆 mismo: que 茅l si que era un cr铆tico de arte. Aunque dijera que no quisiera serlo. Por eso, una vez mordido el anzuelo, conviene repasar ciertas valoraciones hist贸ricas que sobre su obra cr铆tica y su labor gestora se han vertido.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La informaci贸n de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qu茅 secciones de la web encuentras m谩s interesantes y 煤tiles.
