El protagonista de Txistu y yo es redactor de la sección de cultura del diario Berria. Cuando el veterinario diagnostica una enfermedad a Txistu, el perro de la casa, comienza a escribir sobre su relación con el animal. Le resulta placentero y satisfactorio escribir fuera del trabajo diario, y así se anima a escribir sobre otros temas: el desapego que siente por la cultura es uno de los más recurrentes. Una prueba de ese desapego es que supo de la muerte de José Saramago escuchando Radio Marca.
Un atardecer, paseando por los alrededores de casa con Txistu, encuentra un cadáver, lo que le introducirá inesperadamente en una trama policial bastante patética. A partir de ahí, unirá el relato de los acontecimientos de la trama con reflexiones sobre muchos temas: el compromiso político, el conflicto del País Vasco, la xenofobia, la aporofobia, el feminismo, la felicidad, la alienación, el fútbol, la Real Sociedad…
¿Por medio un alter ego sin disimulos, he escrito sobre mí, pensando que así lo hacía también sobre mi sociedad y mi tiempo¿, ha declarado el autor.