芦Aquella noche lo espi茅 por la puerta entreabierta. Parec铆a m谩s viejo, encorvado sobre su mesa. Hab铆a garabateado un busto de mujer erguida, con los senos desnudos, los pies medio ocultos por una curva de las nalgas. Estaba tumbada en un fut贸n. Dibuj贸 un parqu茅, los detalles del fut贸n, como para evitarla a ella, pero su cuerpo sin rostro exig铆a la vida. Una vez terminado el decorado, tom贸 la pluma para darle unos ojos.禄
En Sokcho, peque帽a ciudad portuaria cercana a Corea del Norte, los clientes llegan por casualidad al decr茅pito hotel del viejo Park, porque han bebido demasiado o perdido el 煤ltimo autob煤s. Las placas de hielo se resquebrajan bajo los pasos de Kerrand, un dibujante de c贸mics normando que llega al hotel perdido en un abrigo de lana. Este despierta de su letargo invernal a la recepcionista, una joven franco-coreana que nunca ha visitado Europa. Es una historia de encuentros y de desencuentros, sensual y contenida, una peque帽a obra maestra.
Con “Un invierno en Sokcho”, 芦una muy hermosa primera novela, ingr谩vida, sin una palabra de m谩s禄 seg煤n “Le Nouvel Observateur”, 脡lisa Shua Dusapin (Corr猫ze, 1992) gan贸 en 2016 el Premio Robert Walser as铆 como el Premio Revelaci贸n de la SGDL.
芦Cuerpos y emociones, aletargados por el fr铆o helado de Sokcho, se descongelan lentamente禄 Livres-Hebdo
芦脡lisa Shua Dusapin apacigua el alma y hace vibrar los sentidos. La delicadeza de su mirada, que se detiene en los peque帽os detalles, os llevar谩 lejos. Al menos hasta Corea禄 Tribune de Gen猫ve
芦Sensual y contenida y por esos mismos motivos er贸tica aunque de un erotismo invernal, jugando siempre con lo escondido y lo desnudo, Un invierno en Sokcho marca la entrada en escena de un nuevo talento禄 Le Temps
芦Las palabras de 脡lisa Shua Dusapin han de beberse a peque帽os sorbos, hay que dejar que tapicen nuestro esp铆ritu y degustar poco a poco este libro cuya escritura se ha forjado con una elegancia de orfebre禄 Huffington Post