Proporciona a las personas que sufren este trastorno un plan concreto para dejar de jugar en cinco semanas, con tareas específicas para cada una de ellas, así como una programación detallada para prevenir las recaídas. No se trata de sustituir al profesional, sino de complementar la acción clínica del terapeuta y de mantener motivado al paciente en la consecución de los objetivos terapéuticos.
En realidad, la enseñanza de estas estrategias de afrontamiento adecuadas tiene un carácter profiláctico en la prevención de recaídas.
Además, ofrece al clínico un diario de sesiones detallado del programa de intervención, así como los instrumentos de evaluación y el plan de intervención concretos.
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