A Maider le preocupa su gata Ofelia porque dice que los gatos se sienten muy solos. A ella también le pasa algo parecido, desde que su madre ha decidido volver a trabajar en el teatro y su padre se ha marchado a vivir solo una temporada. La cosa se complica el día en que Ofelia se escapa del caserío y Maider sale en su busca sin importarle el riesgo.
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