Balbino y su tío Cornelio tienen la brillante idea de conseguir unas sirenas para Gadeira, y que la isla adquiera fama y prestigio. Para atraerlas se sirven de todo tipo de artimañas. Por fin, un día aparece una sirena, pero se aleja mucho de lo que ellos imaginaban, pues es anciana, no puede cantar y no es hermosa, aunque sí tiene un gran corazón. Cuando finalmente se presentan las sirenas que ellos desean, empiezan las complicaciones, pues enloquecen con su canto a los habitantes de la isla y necesitarán de la ayuda de la anciana sirena, de Hércules y de Cornelio Mutis para recuperar la isla.
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