Una novela que aborda un problema atemporal: la identidad del ser humano, la dualidad que todos llevamos en nuestro interior.
«Permanecí unos momentos ante el espejo…», dice Henry Jekyll en su confesión. ¿Quién hay al otro lado del espejo?, parece querer averiguar. ¿Soy yo el que se refleja en él o es el otro que está dentro de mí? ¿Cómo soy realmente? ¿Cómo quiero ser? ¿Cómo creen los demás que soy?
Todas estas preguntas se las planteó también Robert L. Stevenson cuando decidió escribir esta novela, que aborda un problema atemporal: la identidad del ser humano, la dualidad que todos llevamos en nuestro interior; en suma, el bien y el mal, tema tan viejo como la humanidad misma.
Pero además, el autor no dejó de echar una mirada a la sociedad en la que le tocó vivir, para analizar si el hombre es libre de actuar como quiere o es su entorno el que condiciona su forma de vida. Obra, por tanto, que ni un segundo deja impasible al lector y cuyo interés mantiene en vilo hasta su última página.