En “Luces de bohemia” nos propone Valle-Inclán un recorrido por el Madrid sombrío de principios del siglo XX, de la mano del poeta ciego Max Estrella y su “perro”, el buscavidas Don Latino. El prisma desde el que el autor concibe la obra es el esperpento, que consiste en la deformación sistemática de la realidad, y la degradación de una situación, hasta que llega a ser ridícula. Valle-Inclán hace una crítica feroz de todos los eslabones de una sociedad enferma, uniendo a los personajes en un grotesco baile de máscaras, donde se tratan los más altos temas filosóficos, artísticos y metafísicos, que resultan tan profundos como risibles, mientras la muerte flota en el ambiente, impregnando con su aroma los rincones de ese Madrid hambriento, corrompido y cansado.
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