El Poder es fuerza, el Poder es violencia, el Poder es coacción, pero ¡ay del Poder que descanse sólo en la fuerza! Estará inexorablemente condenado a perecer. Por eso, el Poder necesita, para sobrevivir, algo más que la fuerza, la violencia o la coacción; el Poder, para alcanzar la estabilidad -la gobernabilidad en el lenguaje actual-, necesita el asentimiento, la obediencia libremente prestada y el consentimiento de los llamados a obedecer, es decir, legitimidad: “El Genio Invisible de la Ciudad que despoja al Poder de sus miedos”.
En la presente obra Guglielmo Ferrero afronta el estudio de la ontología del Poder a través de una categoría fenomenológica: la legitimidad, un tratamiento que hace de él -como lo atestiguan las referencias contenidas en los trabajos de Ortega, laspers, Schmitt, Duverger, Loewenstein, Bobbio, Garin, Friedrich, louvenel o Garcia Pelayo, y más recientemente Sartori, Lombardi, Gomes Canotilho o Beaude- un clásico imperecedero de la filosofía política en el que se ha querido ver una suerte de Espíritu de las Leyes de la Democracia.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.