La gente de la aldea odiaba a la señorita Bubble desde que llegó. La inventora apareció una mañana soleada, conduciendo un descapotable que funcionaba a vapor, y se instaló en una casa deshabitada durante años. La rechazaron por su trabajo, por sus inventos, por su manera de vivir. Nadie sospechaba lo que realmente sucedía dentro de la mansión de la señorita Bubble.
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